domingo, 28 de octubre de 2007

El chiquito era mio


- Buenas noche caballeros….


Profería el encargado del Valet Parking al tiempo que extendía la mano para recibir las llaves del vehículo en el que esa noche arribábamos al merendero.


Los tres tripulantes que viajábamos en una Caribe ´82 color rojo, descendimos simultáneamente lo que permitió al Valet colocarse en posición para tomar el control del auto, dándome la espalda a mi que viajaba originalmente detrás del piloto y ahora me encontraba observando la escena sin ningún interés en particular por lo que procedí a cerrar mi portezuela de contundente empellón.


Fue entonces que el momento obtuvo toda mi atención, ya que, aquel hombre cuya faz hacia tan solo unos instantes no reflejaba otra expresión sino la del hastió originado de su monótona actividad, ahora se tornaba en una mueca de pánico-llanto-furia y dolor mientras daba saltos y golpeaba con vehemencia el toldo del auto.


Un par de segundos después pude notar que su dedo pulgar, había quedado atrapado entre mi puerta y el toldo, lo que explicaba la mirada de odio que me dirigía y sus espeluznantes gritos .


Rápidamente retrocedí en busca de la manivela para liberar a aquel pobre hombre. Sin embargo y para desgracia de mi victima, siendo yo un hombre previsor, antes de bajar había tenido la precaución de poner seguro a la puerta.


Rápidamente alguien intento buscar las llaves para levantar el seguro desde el lado del conducto, puerta que ya se encontraba cerrada también.


- No sirve esa manija!!! hay que abrir desde dentro – grito no se quién.


Así es amigos, mi puerta estaba cerrada con seguro, la del conductor no funcionaba, el Valet ya tenia los ojos en blanco y yo… bueno, yo me encontraba sufriendo una crisis de risa loca, lo que me impedía correr hacia el lado opuesto para abrir la portezuela desde dentro.


En fin, nada que no tuviera solución , el hombre conservo su dedo y nosotros cenamos molletes.